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domingo, 26 de octubre de 2014

José Gregorio Hernández un símbolo de unión

Especial: José Gregorio Hernández un símbolo de unión

Tras muchos años de estudio, el legado de Hernández no está solo en los altares de los corazones de los venezolanos, está en sus numerosos escritos y en haber vivido una vida apegada a los valores humanos.
Por Andreína García Reina
A 150 años del nacimiento del Doctor José Gregorio Hernández y a 95 de su muerte sorprende que aún sea tan recordado y querido por los venezolanos. La iglesia Católica lo considera Venerable desde 1982 por haber vivido una vida ejemplar, apegada a Dios, y los cultos sincréticos lo consideran una figura muy importante por sus poderes de sanación. Estudiantes, deportistas y enfermos aún le rezan con la fiel convicción de que serán escuchados.
Y es que el “el venezolano siente que rezarle a José Gregorio es efectivo e incluso lo recomienda”, tal como lo afirma la señora Laura Rizo de Zambrano, secretaria de la oficina de la Causa de la Canonización del médico nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, Estado Trujillo.
José Gregorio es una de las figuras más conocidas en Venezuela por su fama de santidad, pero fue un científico, fue un profesor espectacular, dio clases durante 28 años en la escuela de Medicina, fue un investigador, tuvo publicaciones muy valiosas sobre tuberculosis, lepra y distintas enfermedades. Además fue fundador del laboratorio de la Facultad de Medicina y después fue director del laboratorio del Hospital Vargas, que para la época era un hospital grandísimo de 500 camas, para una Caracas que no pasaba de 400 mil habitantes, destaca el médico Manuel Guzmán Blanco, integrante de la comisión que creó el Episcopado Venezolano por los 150 años del nacimiento de José Gregorio Hernández.

Médico y ciudadano ejemplar

Tras muchos años de estudio, el legado de Hernández no está solo en los altares de los corazones de los venezolanos, está en sus numerosos escritos y en haber vivido una vida apegada a los valores humanos.
“La obligación de cada cual, aceptada alegremente, y cumplida con fidelidad por el bien común, es la mejor manera de ser hijos verdaderos de esta entidad que Dios ha querido unirla a nuestra vida. La Patria”, dice una frase que se le atribuye a Hernández.
El compromiso con su país y su gente fue manifiesto en su vida desde que eligió la medicina como profesión. Sin embargo, es su regreso de estudiar en París con una beca del Estado y de ser alumno de dos premios nobel de la época, lo que marca un hito en la historia venezolana. En 1891 funda las cátedras de bacteriología, histología y fisiología experimental e introduce en el país la enseñanza del uso y manejo del microscopio, así como las técnicas de estudio de tejidos y cultivo de microbios, lo que dio inicio a la etapa científica de la medicina venezolana.
Aunque la medicina era su vocación de vida, Hernández se sintió llamado en varias oportunidades de su vida por los votos religiosos. Se unió a la orden de los Cartujos en Italia y asumió el nombre de Fray Marcello, pero la enfermedad y el mal clima le hicieron regresar a Caracas. También quiso hacerse sacerdote en Roma, pero las mismas circunstancias lo hicieron regresar. Su camino estaba en la medicina, en ayudar a los más necesitados.
Quizás la parte que menos se conoce de su vida es su infancia en Isnotú. Sus biógrafos, entre ellos Miguel Yaber, señalan que José Gregorio no era un simple campesino. Su padre y madre, ambos miembros de la burguesía de la época en el Estado Zamora, actual Barinas, escaparon muy jóvenes a Trujillo, huyendo de una amenaza de muerte que recibiera su padre, el conservador Benigno Hernández, de un grupo que le adversaba. En esa época Venezuela estaba en plena efervescencia, recién acababa la Guerra de los Cinco años y el país estaba plagado de guerrillas y pugnas intestinas.
Su educación inicial estuvo a cargo de su madre Josefa Antonia, hasta su prematura muerte, y desde que se inició en la educación formal destacó por su genio. Los valores morales de la época lo hicieron un joven muy apegado a la doctrina católica, oraba, iba a misa y de 12 años ya tenía escritos sobre cómo escucharla, según relata la señora Laura Rizo.
Conocer la vida de José Gregorio le hará mucho bien al país, afirma Monseñor Fernando Castro, vice postulador de la Causa. “Fue un excelente hijo, fue un excelente hermano. Fue un campesino de Isnotú que se superó a niveles impresionantes. Fue un excelente estudiante. La Universidad Central fue el sitio donde creció como médico, luego va a su pueblo para servir. Un servidor de esa calidad, un ciudadano de esa categoría, un hombre amante de la paz, un hombre que no distinguía entre blancos y negros, entre pequeños y grandes, gobernantes o no gobernantes, fue un médico excepcional. Un modelo de ciudadanía”.

El amor de la gente

La doctora María Isabel Giacopini fue criada en La Pastora, muy cerca de donde vivía el Doctor Hernández. Quizás esa cercanía despertó una gran curiosidad que se transformó en investigación y estudio sobre la vida, la muerte y el legado de José Gregorio.
Giacopini, profesora de la Universidad Central, es defensora del legado médico de Hernández y ha organizado foros y conversatorios sobre su vida y obra. Relata que de muy pequeña padeció de rubeola y su tía le dio una estampita de José Gregorio para que le pidiera por su pronta recuperación. Después de seguir el tratamiento que le recetaron al pie de la letra, se curó y en su inocencia de niña creyó que José Gregorio le había hecho un milagro. Desde entonces le reza, sobre todo cuando era estudiante.
“La oración hace que uno saque de dentro de uno mismo una fuerza sobre natural”, dice ya entrada en años, pero su interés por José Gregorio la ha llevado a divulgar la trascendencia de su legado como médico. Giacopini considera que el Doctor Hernández es el fundador de la medicina experimental en el país por haber traído el primer laboratorio, el primer microscopio al país, y haber colaborado en la sistematización de la investigación en Venezuela.
“El instituto de Medicina Experimental de la Universidad Central de Venezuela lleva muy merecidamente su nombre porque fue él quien inició la medicina experimental en Venezuela, cuando llegó de Francia en 1891”, añade.
También se ha dedicado a desentrañar el momento en el que comenzó la devoción hacia Hernández.
La devoción del Doctor Hernández comienza antes de su muerte. Cuando falleció fueron tantas personas a sus exequias que tuvieron que habilitar el Paraninfo de la Universidad Central que estaba cerrado. La gente no dejó que lo llevaran hasta el Cementerio General del Sur en carruaje, la gente quiso llevarlo en hombros. Rezaron los novenarios hasta que alguien llevó una petición y dijo que le había concedido un milagro”, explica Giacopini.
En 1949 la iglesia Católica distingue a José Gregorio Hernández como Siervo de Dios y tras un incendio en el Cementerio General del Sur por la cantidad de velas y ofrendas que le llevaban, sus restos fueron trasladados a la Iglesia de La Candelaria. Allí José Gregorio recibe cientos de visitas diariamente.

El abogado del Diablo

Doctor Manuel Guzmán Blanco, médico de la Causa de José Gregorio Hernández
Doctor Manuel Guzmán Blanco, médico de la Causa de José Gregorio Hernández
El Doctor Manuel Guzmán Blanco, internista, y especialista en infecciones hace las veces del abogado del diablo cuando le llegan testimonios que parecen milagros. Su trabajo, aunque pueda romper más de una ilusión, solo busca “hacer justicia a la verdad”.
Antes de la creación de la comisión su papel ha sido de recibir aquellos supuestos milagros, en los que se requiere una opinión médica. Su trabajo ha sido analizar los casos al detalle y consultar con los especialistas, dependiendo de la patología en particular. “Algo que ha sido conmovedor y muy sorprendente es el número de testimonios que llegan”, afirma.
Pero lamentablemente ninguno ha calificado como milagro “Hasta ahora no hay el milagro definitivo para la beatificación. Yo creo que el milagro actual es que José Gregorio es una figura que une mucha gente”, sentencia.
“Para que algún hecho médico califique como milagro, en el caso de una enfermedad, tiene que haber una curación completa, en un período corto de tiempo y que no pueda ser explicada por los médicos”, explica.
En muchos casos, en los que la gente se ha sentido muy conmovida por la intervención de José Gregorio, la descripción de la enfermedad no se correspondía con la realidad, relata. “La persona no tenía realmente la enfermedad que le diagnosticaron”.
La otra arista del trabajo que ha hecho durante el último año el Doctor Guzmán, junto a la Causa del Doctor José Gregorio Hernández, es dar a conocer más detalles sobre la vida del llamado médico de los pobres.

El camino a la beatificación

El paso más importante en este camino fue el que ya se dio el 16 de enero de 1982, cuando fue decretado por el Vaticano como Venerable”, explica Monseñor Castro y destaca que la inmensa mayoría de los casos de beatificación se quedan en el Decreto de Venerable porque todo el mundo tiene una página negra en la vida.
“La investigación sobre la vida de José Gregorio fue muy exhaustiva. De hecho hubo un proceso adicional de investigación que se hizo por unos detractores que tenía y fue muy bueno, porque eso certificó su fama de santidad”, cuenta quien ha estado encargado de la vice postulación desde hace tres años.
El eclesiástico afirma que es un camino largo, que amanecerá cuando Dios quiera. Por ahora, dice, les corresponde trabajar. “Todo aquél que haya recibido una prueba una señal de Dios a través de José Gregorio debe hacernos llegar su testimonio a causajosegregorio@gmail.com”, puntualiza.

Nueva hipótesis sobre la muerte de José Gregorio Hernández

Nueva hipótesis sobre la muerte de José Gregorio Hernández

Nueva hipótesis sobre la muerte de José Gregorio Hernández
El 19 de junio de 1919, justo el día del aniversario de su graduación de médico, José Gregorio estaba en su consulta privada, en la sala de la casa que compartía con una de sus hermanas en La Pastora, cuando lo llamaron para que fuera a ver a una anciana de escasos recursos de Amadores a Cardones.
Por Andreína García Reina


Dicen que al salir, fue a la Botica de la cuadra para comprar las medicinas que necesitaba la vieja mujer. La historia señala que Hernández salió de la botica con premura y cuando iba a cruzar la calle fue arrollado.
El conductor, Fernando Bustamante, muy amigo suyo y su próximo compadre, iba a sobrepasar al tranvía que estaba parado frente a la botica y no pudo frenar cuando vio que una persona salía intempestivamente de detrás del tranvía. El carro, uno de los 600 que había en la Caracas de la época, hizo volar el cuerpo de Hernández que impactó contra la acera. El resultado fue una fractura de cráneo.
Este es el croquis del acta del accidente en el que murió José Gregorio Hernández
Este es el croquis del acta del accidente en el que murió José Gregorio Hernández
Los vecinos relatan que Bustamante, al percatarse de que era su amigo José Gregorio el que estaba en el suelo, lo subió al carro, que no era suyo, y lo llevó de inmediato al Hospital Vargas, pero allí no había médico de guardia. Para cuando llegaron los médicos, ya era muy tarde. José Gregorio estaba muerto.
La doctora María Isabel Giacopini, profesora de la Universidad Central de Venezuela, defensora del legado médico de Hernández e investigadora sobre su vida, tiene una hipótesis diferente sobre los acontecimientos que desencadenaron su muerte. Según cuentan los vecinos, entre ellos el señor Gustavo Salazar, Hernández iba apresurado a atender a un niño que se cayó de un árbol y estaba herido. Por eso había salido con tanta premura y distraído de la botica.
En la Caracas de los techos rojos no había el tráfico de hoy. Apenas pasaba el tranvía y algunos carruajes halados por mulas. No era usual que pasaran carros por el casco de La Pastora, explica la doctora. “Por eso José Gregorio salió de la botica sin ver”, añade.
Esta es una infografía que publicó el diario El Universal sobre la muerte del venerable.
Infografía publicada por el diario El Universal
Infografía publicada por el diario El Universal
Puede leer más sobre la vida del doctor José Gregorio Hernández en la edición

Las huellas que dejó José Gregorio Hernández en Caracas

Las huellas que dejó José Gregorio Hernández en Caracas

José Gregorio Hernández no abandonó las salas del Hospital Vargas ni siquiera con su muerte. En más de una habitación está pegada en la cabecera de la cama o guardada bajo la almohada de un paciente la estampita del médico de los pobres. Rafael Muci-Mendoza, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina, ha dicho que se trata del único médico con 100 años de servicio activo en el centro de salud. Y es así.

María Fernández frecuenta el área de cirugía desde hace seis meses, cuando a su hijo le dispararon. Confía en que será el venerable quien le devolverá la salud al joven. Para eso, en más de una oportunidad, le ha dejado una vela encendida en el altar improvisado por los familiares de los enfermos en esa área. En la mesa las notas con peticiones, se confunden con las placas de agradecimiento por el favor recibido.

La última lección de Hernández en el Vargas fue sobre la lepra. Ahí, además de atender pacientes y educar, trabajó en el laboratorio que equipó gracias a la beca que le permitió cursar estudios de Microscopía, Bacteriología, Histología Normal y Patológica y Fisiología Experimental en París. Ese laboratorio está cerrado. Aseguró el doctor José Luis Rodríguez que ha estado así por muchos años. “Soy microbiólogo. José Gregorio Hernández fue el fundador de la primera cátedra de Bacteriología que hubo en el país –y en América–, así que profesionalmente soy hijo de su escuela. En el hospital se le respeta y recuerda mucho por su trabajo científico”.

Aunque el médico nació en Isnotú, estado Trujillo, desde los 13 años vivió en Caracas y se convirtió en un personaje de la ciudad, que aún conserva sus huellas.

El sillón y la casa desaparecida. Escogido por Luis Razetti, Hernández fue uno de los 35 fundadores de la Academia Nacional de Medicina en 1904. Ocupó entonces el sillón número 28, entre los seleccionados para normar la salud en Venezuela. La silla se conserva en el Palacio de las Academias. La Gaceta Médica de Caracas fue la tribuna para que Hernández expusiera sus investigaciones. “Esa fue la primera revista científica de Latinoamérica. En la biblioteca de la academia se conservan los números originales donde él publicó”, dijo Huniades Urbina, miembro correspondiente 39.

La casa de La Pastora donde vivía José Gregorio al momento de su muerte ya no existe, pero los habitantes de la parroquia conocen el punto en la que se ubicaba. Es en la esquina de Desbarrancados –justo en frente de una cauchera–.

Debajo de uno de los avisos que identifica la calle Norte 8 y la esquina hay un grafiti con la imagen del venerable. “Por el amor de los pobres, el pueblo de Venezuela ya le ha dado su lugar”, reza la inscripción junto a la figura.

De esa casa habría salido el médico el 29 de junio de 1919, alrededor de las 2:00 pm, para ir a atender a una de sus pacientes, pero fue atropellado.

En tres de los cuatro puntos cardinales de la esquina de Amadores le rinden homenaje. En el muro de la Farmacia de Amadores hay dos placas. Una que alude a que la vida del médico se extinguió en ese sitio y otra del Concejo Municipal de Libertador que refiere que desde el 28 de octubre de 2009 se designa con el nombre del Dr. José Gregorio Hernández la avenida Oeste 9. Aunque ninguna placa a lo largo de la vía lo indica.

El cartel que identifica la Farmacia de Amadores se cayó. Douglas Piña, administrador del negocio, explicó que la farmacia ha pasado por muchas manos desde la muerte de Hernández por lo que no conservan ningún recuerdo del médico en las instalaciones. Ni siquiera una de las más de 7.000 recetas escritas por el venerable, que los farmaceutas de la época ya valoraban y solían guardar. Pese a que su beatificación continúa pendiente, en los lugares que pisó ya se le considera santo.

Mervin Mármol es historiador y pintor. El artista fue el responsable de pintar el mural y además estuvo en las mesas de trabajo que se organizaron durante el mandato de Freddy Bernal para renombrar la avenida, donde participaron representantes del Museo Arturo Michelena, de la Casa de la Cultura de La Pastora y de la Fundación José Gregorio Hernández. “José Gregorio era alguien muy noble y humilde. El mural busca rendirle tributo al hombre, al médico, el investigador y humanista”.

Aunque sus restos fueron trasladados en 1975 a la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, en el Cementerio General del Sur todavía se le recuerda. Allí fue enterrado el 30 de junio de 1919. Todos los cuidadores de tumbas saben donde se ubicaba la suya. Sin embargo, el mausoleo no tiene ninguna identificación y es ahora hogar de un indigente. A una fosa de por medio están los restos de José Benigno Hernández, quien se presume fue su hermano. Ahí hay otra imagen de yeso de José Gregorio y una placa que dice: “Gracias, Doctor José Gregorio Hernández, por el favor concedido”.

Fieles celebran 150 años del nacimiento de José Gregorio Hernández

Fuente de la noticia: Vanessa García //   Crédito de imágenes: Vanessa García
Desde las 5:50 de la mañana de este domingo, la iglesia de La Candelaría de Caracas abrió sus puertas para recibir a los feligreses de José Gregorio Hernández que lo homenajean a los 150 años de su nacimiento.
A las 6:25 de la mañana le cantaron las mañanitas y hasta las 7:40 terminó la serenata al llamado Siervo de Dios. Las actividades religiosas continuarán en varias ciudades del país.
La señora Carmen Almeijeiras aseguró que el nacimiento de su hijo, Carlos Gregorio, fue un milagro del doctor José Gregorio Hernández.
“A mi hijo lo iba perdiendo a los dos meses de embarazo. Fui a la iglesia a pedirle porque había perdido mucha sangre. Cuando fui al médico me dijo que era mentirosa, que eso estaba cerradito. Por eso le coloqué el nombre a mi hijo en honor a él”, señaló.
“No sé si el vaticano entiende mucho esto, pero todos los milagros que consignaron los rechazaron” indicó la devota Raiza Torrealba, quien afirma que lo que sienten los feligreses por José Gregorio Hernández “es un fervor, algo que llevamos dentro de nuestro corazón.

Autoridades eclesiásticas

El cardenal Jorge Urosa Savino ofició la misa de las 12:00 a.m. desde la Iglesia de La Candelaria en honor a El Venerable. En el momento de la eucaristía, le pidió a Dios por la pronta beatificación de El médico de los pobres.
“Vamos a pedirle a Dios que nos conceda la gracia de su beatificación. Que Dios realice el milagro de llevar al doctor José Gregorio Hernández a nuestros altares”
El arzobispo de La Guaira, monseñor Raúl Castillo, manifestó su satisfacción por la celebración del 150 aniversario del nacimiento de José Gregorio Hernández, a quien calificó como un modelo para la juventud.
“Creo que es un modelo en estos momentos cuando muchas personas emigran, que creen que no hay oportunidades. José Gregorio se regresó a Venezuela, fue profesor y maestro. Además, mostró una gran sensibilidad humana que es lo que nos falta en estos momentos”
El vicepostulador de la causa de José Gregorio Hernández, Fernando Castro, les solicitó a todas las personas que hayan recibido algún milagro por parte de José Gregorio Hernández a que postulen su testimonio, guardando historias médicas y narrando todo lo que ocurrió.
“Es importante que todos pongamos nuestro granito de arena para que todos tengamos esa gracia que Dios nos va a conceder”
Al finalizar la homilía, el Cardenal invitó a los venezolanos a aprovechar la importante ocasión para imitar al Dr. Hernández por ser “un venezolano cabal que siempre cumplió con su deber”.
“Proclamó las virtudes cristianas, la iglesia ya reconoció que fue un hombre llenó de Dios”
En cuanto a la posible beatificación del “siervo de Dios” por parte de Roma, la autoridad eclesiástica invitó a esperar sin paciencia sin “estar apurados”.
De igual forma rechazó a la corrupción, administrativa, fraude al estado, a la nación y la cantidad de asesinatos, además pidió respeto a la vida.
“Pienso en el señor Leopoldo López, Scarano y Ceballos, es importante que se atienda la realidad de los hechos, ellos están siendo acusados sin mayor fundamento, están siendo sometidos a juicios sin debidos procesos y maltratos en la cárcel, por lo que hago un llamado a que la situación se corrija y que se respete la justicia”

Actividades en Isnotú

Por su parte, en Isnotú, estado Trujillo, la ciudad natal de José Gregorio Hernández, miles de seguidores acudieron desde distintos lugares del país para pedir por la pronta beatificación del “médico de los pobres”. La policía estatal, los cuerpos militares y Protección Civil del estado Trujillo resguardan la integridad de los feligreses.
En desarrollo

El santo no oficial de Venezuela

150 años del natalicio de José Gregorio Hernández

El santo no oficial de Venezuela

José Gregorio Hernández (venezuelaaldia.com/)
El santo no oficial de Venezuela (2267307)
Isnotú, un pueblito del municipio Betijoque del estado Trujillo, espera este fin de semana más de cien mil visitantes. No en vano este escondido rincón andino es el sitio natal del Dr. José Gregorio Hernández, quien vino al mundo el 26 de octubre de 1864 en la que entonces se llamaba Estados Unidos de Venezuela.

El sesquicentenario (150 años) del natalicio del Dr. Hernández es además el año en que la Iglesia Católica venezolana y todos los ciudadanos de este país, se han declarado en una verdadera campaña para lograr demostrar un milagro que declare santo a quien ya lo es en el corazón de todos los venezolanos.

El 26 de octubre es Día de Júbilo Nacional desde el año 2008 y día No Laborable en el estado Trujillo. Si bien José Gregorio Hernández se encuentra sepultado en la Iglesia La Candelaria en Caracas (en honor a sus ancestros canarios), en Isnotú está el monumento conmemorativo que recuerda su lugar natal. El gobierno anunció que invertiría 48 millones de bolívares en mejorar el sitio y además ofreció una estatua de 80 metros de altura, con una vista panorámica de 360º grados, que si logran culminar sería la estructura más grande del mundo en honor a un santo.



Humildad y sabiduría

Su papá Benigno María Hernández Manzaneda era dueño del comercio del pueblo, lo cual hacía que los seis niños tuviesen un mejor nivel educacional y económico que la mayoría. José Gregorio, el mayor, era el favorito de su madre, doña Josefa Antonia Cisneros Mansilla, descendiente de españoles. Su inteligencia lo hizo destacar desde pequeño y a los 13 años lo enviaron a Caracas a terminar bachillerato en el Colegio Villegas, dirigido por Guillermo Tell Villegas, cuya esposa actuó como una segunda madre con el jovencito trujillano.

Aunque le gustaba derecho, estudió medicina por complacer a su padre. Al graduarse de médico en 1888 en la Universidad Central de Venezuela recibe una beca de honor del gobierno venezolano para especializarse en áreas no conocidas aún en el país, como microbiología, histología, patología, bacteriología y fisiología experimental. Concluidos sus estudios en la Ciudad Luz, viaja a Berlín, donde continúa su especialización.

En 1891 regresa de Europa y comienza como docente en la Escuela de Medicina de la UCV. Durante sus estudios en el Viejo Continente, el gobierno venezolano le encomendó la adquisición de equipos y bibliografía. Así es como José Gregorio Hernández introduce el microscopio en los laboratorios venezolanos. Fundó la cátedra de bacteriología, la primera en América y es la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina (Elementos de Bacteriología, 1906).

Considerado pionero de la docencia científica en Venezuela, el Dr. Hernández es autor de trece ensayos reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina, de la cual fue fundador. Formó una escuela de importantes investigadores: discípulos suyos fueron entre otros, el doctor Jesús Rafael Rízquez y Rafael Rangel (llamado El Sabio ).

José Gregorio Hernández era un hombre culto, hablaba español, francés, alemán, inglés, italiano, portugués y dominaba el latín. Tocaba el armonio y el piano con notable maestría. Dicen que tocaba a cuatro manos con el eminente músico Juan Vicente Lecuna. Publicó cuentos en el prestigioso semanario El Cojo Ilustrado. Era un obseso de la puntualidad y la responsabilidad.

Así que nuestro santo también fue un ilustre médico, un científico, músico, literato, políglota y como eso no bastaba a su genio, era un notable teólogo cuyo sueño era la vida de santidad, ¡como monje de clausura!



El hermano Marcelo

En 1908, el Dr. Hernández decide interrumpir su actividad científica y médica para ingresar en La Cartuja de Farneta en Italia, en la Orden de clausura de San Bruno. Toma el nombre de hermano Marcelo pero nueve meses después enferma por el intenso frío y las duras condiciones del monasterio y el superior lo manda de regreso a Caracas. Al llegar ingresa en el seminario de Santa Rosa, pero siempre obsesionado por la vida monacal se va a Roma con su hermana Isolina para estudiar en el Pontificio Colegio Pio Latino Americano, con miras a reingresar en el monasterio, pero nuevamente una afección pulmonar lo devuelve al templado clima de Venezuela.

Siempre orientado a la vida religiosa, ingresa a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela (OFS), la más afín a su sensibilidad y amor por los más necesitados, inspirado en la humildad y pobreza de San Francisco de Asís. Así el Dr. Hernández se convirtió en el médico de los pobres, ése que no importaba la hora ni el sitio, estaba junto a los pacientes llevándoles no solo el remedio, sino el consuelo y la misericordia de Dios.

El 29 de junio de 1919, caminaba el Dr. Hernández por una calle de La Pastora. Llevaba una medicina a un paciente, cuando de pronto se asomó un vehículo que lo atropelló. Aunque no iba a alta velocidad, el brusco empellón hizo que el médico cayera y golpeara su cabeza contra la alta acera, lo cual provocó su muerte casi instantánea. Ante tal tragedia, los caraqueños exclamaron: ¡Ha muerto un santo!



El Santo de Venezuela

Desde el mismo momento de su muerte, la tumba del Dr. Hernández, (primero en el Cementerio General del Sur y luego en la iglesia de La Candelaria) era visitada por cientos de devotos creyentes en las curaciones milagrosas del médico. Ante el fervor popular y las evidentes virtudes extraordinarias, se inició en 1949 gracias al Arzobispo de Caracas Lucas Guillermo Castillo, el proceso de santidad, que consiste en cuatro pasos:

1. Siervo de Dios. El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa presentan un informe sobre la vida y las virtudes de la persona. La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y si lo acepta, dicta el Decreto Nihil Obstat , que da luz verde a la introducción de la causa del ahora Siervo de Dios. Este paso lo aprobó José Gregorio Hernández.

2. Venerable. Esta parte del camino comprende cinco etapas: examen de la vida y virtudes, análisis de la ortodoxia de los escritos del Siervo de Dios, relación de los testimonios y de los argumentos presentados en un documento llamado Positio , discusión de este documento por un grupo de teólogos y luego de Cardenales. Por último, si la Congregación para las Causas de los Santos aprueba el Positio , el Papa dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes y el Siervo de Dios pasa a ser Venerable.

José Gregorio Hernández ha superado todas estas etapas y fue nombrado Venerable por S.S. Juan Pablo II en 1986.

3. Beato. En esta etapa el Postulador de la Causa (que está en Roma) debe probar: 1) la fama de santidad del Venerable. Para ello elabora una lista con las gracias y favores pedidos a Dios por los fieles por intermedio del Venerable. 2) La realización de un milagro atribuido a su intercesión. El proceso de examinar este presunto milagro se lleva a cabo en la Diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos.

El Vice postulador de la Causa está en Venezuela, es Monseñor Fernando Castro Aguayo, Obispo Auxiliar de Caracas y quien declara que ha recibido unos 500 casos de presuntos favores o milagros realizados por José Gregorio Hernández, que deben cumplir con dos condiciones para tener la posibilidad de ser aceptados por el Vaticano: a) la presencia de una sanación que los médicos consideren inexplicable para la ciencia y b) la invocación o intercesión exclusiva del Venerable en la realización de ese hecho.

Si la Congregación para las Causas de los Santos acepta el milagro presentado, entonces José Gregorio Hernández será beatificado.

4. Santo. Ya el último paso sería la canonización, que requiere de un segundo milagro comprobado.

Dos milagros atribuidos al Dr. José Gregorio Hernández han sido rechazados por el Vaticano: uno en 1987 y otro en 2009. El Cardenal Jorge Urosa Savino y el Vice postulador Monseñor Castro han pedido públicamente que al Venerable no se le rinda culto público, no se le hagan estampitas, oraciones, capillas, oratorios ni altares, ya que eso frena su camino a la beatificación.

No basta con la fe colectiva, ni con atribuirle hechos milagrosos: hay que demostrarlos indubitablemente con testigos, pruebas y rigor médico. El Vice postulador de la Causa, Monseñor Rincón está lleno de esperanzas por la gran cantidad de correspondencia recibida tanto en la Arquidiócesis de Caracas como en el correo causajosegregorio@gmail.com.

Ojalá que en este año Sesquicentenario del natalicio del Dr. José Gregorio Hernández, Venezuela obtenga la gracia de oficializar a su santo más querido.



Charitorojas2010@hotmail.com

Twitter:@charitorojas

Petición nacional a Dios por beatificación de José Gregorio Hernández


Petición nacional a Dios por beatificación de José Gregorio Hernández

Hoy cuando se cumpliendo los 150 años del nacimiento de José Gregorio Hernández Cisneros en todas las iglesias católicas se harán en las misas una petición a Dios para que nos conceda la gracia de la beatificación, en Caracas, la Misa, en la Candelaria será presidida por el Señor Cardenal, José Urosa Savino, el Nuncio, Aldo Yordani y Obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Comisión Diocesana de Trujillo, tierra natal del venerable siervo de Dios se cumplirá una amplia programación; en la parroquia de Cocorote San Jerónimo, se efectuará una jornada Misa, a las 6 de la tarde en demanda de esa beatificación, hechos que tienen una tradición de 37 años, auspiciada por la Señora Arminda de Yovera.
ECLESIASTICAS, aprovechó la oportunidad para entrevistar telefónicamente a Mons. Castro, en Caracas, quien dirige la Causa a nivel nacional, nos dijo: “Este es un día estupendo para que todos oremos a Dios pidiendo las gracias de la beatificación. No se deben permitir imágenes de José Gregorio en el interior de las iglesias, allí se veneran a los beatos y a los santos, aunque José Gregorio ya este canonizado en el corazón de los venezolanos debemos esperar el juicio de la Iglesia. Los milagros de Dios, a través de Él, yo los tocos, debemos rezarle a Cristo Jesús que podamos probar uno; recordemos que el proceso de probar un milagro es muy laborioso, hoy el ruego debe ser por probar ese milagro. Hay que conocer la vida de José Gregorio, vida ciudadana y santa de un ilustre venezolano, modelo de vida cristiana, como ya la iglesia lo ha propuesto y declarado venerable”.
Fue muy enfático al decirnos: “Todos los que hayan recibido algún favor o un presunto milagro de Dios, a través de José Gregorio, notificarlo a: causajosegregorio@hotmail.com, para someterlo al estudio de la Causa de los Santos, en Roma, en donde fue declarado venerable el 16 de Enero de 1986, reconociéndose que había vivido heroicamente las virtudes de la fe, la esperanza, la caridad y las virtudes cristianas. En este momento estamos en la novena fase, que es la búsqueda de un milagro, para que se dé la tan anhelada beatificación”.
 
PABLO VI SUPO DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS
Ante una multitud de 70 mil católicos en la plaza de San Pedro, Roma, el Papa Francisco Beatificó al Papa Pablo VI, cuya fiesta será todos los 26 de septiembre, y concluyó la tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de todo el mundo sobre el tema de los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización y que continuará en Octubre del 2015, en los próximos meses este documento sinodal será discutido en todas la Diócesis de la tierra para que los fieles cristianos aporten sus experiencias.
En la Homilía de la Misa de la plaza de San Pedro, el Papa dijo que pastores y laicos llevaron a Roma la voz de sus iglesias del mundo para ayudar a las familias de hoy a caminar sobre la vía del evangelio con la mirada fija en Jesús; es una gran experiencia en donde se vivió la sinodalidad y colegialidad sintiendo la fuerza del Espíritu Santo que guía y renueva, sin cesar a la iglesia, llamada en premura a hacerse cargo de las heridas abiertas y a reencender la esperanza para tantas personas que la han perdido.
En cuanto al camino que debe seguir el Sínodo, en su segunda etapa, expresó el Papa Francisco: “El Espíritu Santo que en estos días intensos nos ha concedido trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad acompañe ahora, en las iglesias de toda la tierra el camino que prepara el Sínodo Ordinario de los Obispos de octubre del 2015. Hemos sembrado y seguiremos sembrando con paciencia y perseverancia con la certeza de que es el Seños quien da el crecimiento”.
Así mismo dijo que en el día de la beatificación del Papa Pablo VI, recordó las siguientes palabras al instituir el Sínodo de los Obispos: -Después de haber observado atentamente los signos de los tiempos nos esforzamos por adoptar los métodos de apostolado a las múltiples necesidades de la sociedad y de nuestro tiempo- Hoy, ante Dios, no podemos más que decir una palabra tan sencilla, como sin ser importante: Gracias, gracias nuestro caro y amado Papa Pablo VI, gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia. En sus anotaciones personal, después del cierra del Concilio el que fue más que el gran timonel del Concilio: -Quizás el Señor me ha llamado y me ha puesto en este servicio, no tanto porque yo tenga algunas actitudes o para que gobierne y salve a la iglesia de sus dificultades actuales sino para que sufra algo por la iglesia y quede claro que El y nosotros es quien la guía y la salva-.
Inmediatamente agrega, Papa Francisco: “En esta humildad resplandece la grandeza del beato Pablo VI, en el momento que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y, en tanta soledad el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor. Pablo VI supo dar a Dios lo que es de Dios dedicando toda su vida a la sagrada, solemne y gravísima tarea de continuar en el tiempo y extender en la tierra la misión de Cristo, amando a la iglesia y guiándola para que sea, al mismo tiempo madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación”.
 
ECLESIÁSTICAS
Año 14 No. 723
Director: Mons. Nelson Martínez Rúst
Redacción: Julio César Hernández
Transcripción: Caren de Jesús Carreño
Corrección: Zaida Orozco de Hernández
juliohernandezcarrera@hotmail.com.

jueves, 23 de octubre de 2014

En la esquina de Amadores veneran con fe a José Gregorio

Venezuela lista para celebrar natalicio del doctor José Gregorio Hernández

Venezuela lista para celebrar natalicio del doctor José Gregorio Hernández

Los trujillanos no se quedarán atrás para honrarlo. (Foto @GuardianCatolic)
Ramón Antonio Pérez || @GuardianCatolic
Venezuela está preparada para celebrar los 150 años de nacimiento del Doctor José Gregorio Hernández, el venidero domingo 26 de octubre, con festejos que no solo se llevarán a cabo en el país, sino también en algunas ciudades de América Latina, Norteamérica y Europa, especialmente en Portugal, Italia y España, donde también recordarán al “Médico de los pobres” y pedirán a Dios su pronta beatificación.
Monseñor Fernando Castro Aguayo, vice postulador de la causa, ha dicho que el Venerable es un modelo y su fama de santidad traspasó las fronteras venezolanas.
“Las personas que difunden la devoción del Doctor José Gregorio Hernández hablan de un médico venezolano pero ya él traspasó las fronteras del país. Él ya no es solamente un médico venezolano: es un hombre de fe; un cristiano, un católico que se puede proponer como modelo y que está en camino a los altares”, dijo.
En Venezuela, la celebración se hará en dos lugares emblemáticos: la Parroquia Nuestra Señora de La Candelaria, en Caracas, donde reposan los restos mortales del Venerable desde el año 1976, y cuyo templo ha sido sometido a una intensa remodelación para esta fecha; y el Santuario “Doctor José Gregorio Hernández”, en Isnotú, estado Trujillo, población donde nació el Venerable, 26 de octubre de 1864.

Programa en Caracas

Dos cartelones blancos, uno en la puerta lateral izquierda y el otro en la puerta principal, anuncian las actividades del programa por los 150 años del nacimiento del “Médico de los pobres”. Ambos avisos están rubricados con el nombre del párroco de La Candelaria, Monseñor Henry Padilla.
El domingo 26, a las 6 am, comienza la festividad con una serenata. A las 8 de la mañana, Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, obispo auxiliar de Caracas, comienza la primera misa. Luego, el Obispo de La Guaira, Monseñor Raúl Biord Castillo, será el siguiente en presidir la eucaristía de las 9 am. A las 10 am, Monseñor José “Trino” Fernández, obispo auxiliar de Caracas, será el responsable de oficiar la santa misa. Entretanto, Monseñor Henry Padilla, presidirá la eucaristía de las 11 de la mañana.
La misa solemne será a las 11 de la mañana, a cargo del Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, quien estará acompañado del clero caraqueño y sus obispos auxiliares. Al terminar, un breve descanso dispondrá a los devotos para esperar la próxima misa que Monseñor Fernando Castro celebrará a las 4:30 de la tarde; pero antes, a las 3 pm, se rezará el Santo Rosario.
Finalmente, a las 5:30 de la tarde, el Nuncio Apostólico de Su Santidad en Venezuela, Monseñor Aldo Giordani, celebrará la última eucaristía de este festivo día en Caracas. El aviso indica que durante cada una de las misas habrá confesiones.

Programa en Isnotú

Los trujillanos no se quedarán atrás para honrar a su paisano. En Isnotú, el domingo 26 será la “Caminata por la pronta beatificación”, la cual tendrá dos salidas, la ruta 1 es Valera – Isnotú con salida desde la plaza San Antonio llamada 17 Km, que contará con 14 puntos de hidratación; y la segunda ruta es desde las Trincheras en Betijoque hasta Isnotú, con un recorrido de 10 Km.
La misa central está pautada para el mediodía siendo presidida por el Obispo de la Diócesis de Trujillo, Monseñor Oswaldo Castor Azuaje, con la asistencia de sacerdotes de la entidad y de otros estados. Esperan la visita de miles de peregrinos. También se realizarán una feria internacional del libro, encuentros culturales y peregrinación a Isnotú por diversas zonas pastorales que hacen vida activa en la región.
Entre las novedades de la remodelación experimentada por el templo parroquial en La Candelaria, está el área de la tumba del Doctor José Gregorio Hernández que ha sido protegida con vidrios de seguridad. Adicionalmente, se ha construido una ventana hacia la parte externa del frente que permitirá visualizarla de manera más amplia.
Por otra parte, se conoció que las obras de reparación estarán concluidas en un 80% para la fecha festiva. “Aunque todavía se observan cuadrillas de obreros dando los toques finales al mármol del piso, pintando columnas y puliendo literalmente el altar mayor y naves laterales; acometiendo trabajos en el techo y zonas de iluminación, el templo estará en óptimas condiciones para el día del natalicio de José Gregorio”.
La nueva pintura y el reacomodo de los espacios, así como la pulitura del piso y los asientos de madera, le confiere al templo más claridad y amplitud a la vista.
Monseñor Fernando Castro denota alegría cuando se le pregunta si ya hay algunos milagros preseleccionados. El Vice postulador de la causa pide calma y mucha fe. “Debemos confiar en los tiempos de Dios. Nuestro trabajo ahora es continuar pidiendo que los devotos presenten los testimonios de sanación, de entre los cuales, seguramente, está el milagro que permitirá la beatificación del Venerable”.
La Oficina de la Causa ha recibido más de ochocientos testimonio de personas que dicen haber sido curadas de manera extraordinaria al pedir la intersección del Doctor José Gregorio Hernández. El correo electrónico: causajosegregorio@gmail.com ha sido el canal para reportar los posibles milagros de Dios a través de la intervención del médico trujillano. “También es importante que lleves sus testimonios a la oficina”.
Finalmente, Monseñor Castro expresó el deseo de que todos “pudiéramos conocer” y “hablar de los milagros” de José Gregorio. “Conocerlo es conocer la vida de un santo, y de un gran ciudadano (…) Es sin duda, un modelo, un cristiano ejemplar”, dijo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Alumno de dos Premios Nobel

El alumno de dos Premios Nobel

Foto: Archivo
(NoticiasYaracuy.com).- No hizo falta deliberar. El 29 de junio de 1888, cuando José Gregorio Hernández presentó el examen de grado para obtener el título de Doctor en Ciencias Médicas, el secretario de la Universidad Central de Venezuela no solicitó a los asistentes que abandonasen el recinto. En cambio, tras la exposición de Hernández, gritó: “Aprobado y sobresaliente por unanimidad”.

El Venerable ya entonces tenía fama de ser el primer estudiante de la UCV.

Corría el siglo XIX y los médicos venezolanos mostraban deficiencias en el campo de la experimentación. “El Gobierno de la época decidió enviar a París a un joven venezolano, graduado en la UCV, de buena conducta y con aptitudes reconocidas para que cursara estudios en Microscopía, Bacteriología, Histología Normal y Patológica experimental”, explicó Rafael Muci-Mendoza, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina, durante el foro José Gregorio Hernández. Reto y esperanza.

Hernández llegó a París el mismo año que inauguraron la Torre Eiffel, en 1889, con una beca de 600 bolívares. Muci-Mendoza destacó que durante su estancia en esa ciudad, el venezolano tuvo a los docentes más destacados en su campo. Uno de ellos fue Charles Richet, ganador del Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1913: “Richet era profesor de Fisiología Experimental en la Escuela de Medicina de París. Isador Strauss lo instruyó en Bacteriología y lo consideró su discípulo preferido. Su otro maestro fue Mathías Duval, en histología y embriología, quien declaró que sentirse orgulloso de haberlo formado”.

El otro Nobel que educó a José Gregorio fue Santiago Ramón y Cajal, a quien conoció en Madrid y se le considera el padre de la Histología moderna.

Francisco José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, recordó que se trataba de tiempos difíciles para la fe en contraposición a la ciencia: “Venezuela se estaba abriendo a la modernidad. Para los positivistas, la fe formaba parte de un estadio anterior al desarrollo de la humanidad. Eran conceptos irreconciliables, pero eso no le impidió a José Gregorio ser un hombre con profundo compromiso cristiano, que puso su profesión al servicio de los más necesitados”.

Pionero. El regreso de Hernández a Venezuela costó 1.765 bolívares, el dinero fue suficiente para que trajera consigo los instrumentos para equipar el laboratorio de Fisiología experimental que sería instalado en la UCV. Las herramientas eran similares a las que había en los laboratorios de Berlín, que Hernández consideraba eran los más especializados.

Trajo seis microscopios con una resolución de una micra y magnificaciones de hasta 1200 diámetros y un tensiómetro más elaborado que permitía tomar la tensión sistólica y la diastólica –los que se usaban en el país sólo tomaban la sistólica–. “Gracias a él surgió la pedagogía científica”, sentenció Muci-Mendoza.

Para José Ignacio Moreno León, director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri, uno de los principales atributos de José Gregorio es que permitió renovar los estudios médicos en el país: “Modernizó la medicina. El impulso que le dio fue similar al que tuvo José María Vargas”.

A su regreso, en 1891, Hernández fundó la primera cátedra de Bacteriología en Venezuela y, de acuerdo con el Primer Congreso Médico Panamericano realizado en Washington en 1893, también fue la primera fundada en América.

La muerte de José Gregorio la certificó Luis Razetti, que en vida se contaba entre sus amigos, a pesar de sus diferencias religiosas. Cuando Hernández, en 1908, renuncia a la Academia de Medicina para irse a La Cartuja. Razetti, Secretario Perpetuo de la institución, no aceptó la renuncia.

Rafael Muci-Mendoza, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina, recuerda que una polémica famosa que hubo entre ambos médicos se debió a su posición sobre el origen del universo: “Hernández era creacionista y supo defender su postura frente a Razetti, al decirle que las academias no deben adoptar como principio de doctrina ninguna hipótesis, pues esto lejos de favorecer dificulta el adelantamiento de las ciencias”.

martes, 21 de octubre de 2014

Las huellas que dejó José Gregorio Hernández en Caracas


(NoticiasYaracuy.com).- José Gregorio Hernández no abandonó las salas del Hospital Vargas ni siquiera con su muerte. En más de una habitación está pegada en la cabecera de la cama o guardada bajo la almohada de un paciente la estampita del médico de los pobres. Rafael Muci-Mendoza, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina, ha dicho que se trata del único médico con 100 años de servicio activo en el centro de salud. Y es así.

María Fernández frecuenta el área de cirugía desde hace seis meses, cuando a su hijo le dispararon. Confía en que será el venerable quien le devolverá la salud al joven. Para eso, en más de una oportunidad, le ha dejado una vela encendida en el altar improvisado por los familiares de los enfermos en esa área. En la mesa las notas con peticiones, se confunden con las placas de agradecimiento por el favor recibido.

La última lección de Hernández en el Vargas fue sobre la lepra. Ahí, además de atender pacientes y educar, trabajó en el laboratorio que equipó gracias a la beca que le permitió cursar estudios de Microscopía, Bacteriología, Histología Normal y Patológica y Fisiología Experimental en París. Ese laboratorio está cerrado. Aseguró el doctor José Luis Rodríguez que ha estado así por muchos años. “Soy microbiólogo. José Gregorio Hernández fue el fundador de la primera cátedra de Bacteriología que hubo en el país –y en América–, así que profesionalmente soy hijo de su escuela. En el hospital se le respeta y recuerda mucho por su trabajo científico”.

Aunque el médico nació en Isnotú, estado Trujillo, desde los 13 años vivió en Caracas y se convirtió en un personaje de la ciudad, que aún conserva sus huellas.

El sillón y la casa desaparecida. Escogido por Luis Razetti, Hernández fue uno de los 35 fundadores de la Academia Nacional de Medicina en 1904. Ocupó entonces el sillón número 28, entre los seleccionados para normar la salud en Venezuela. La silla se conserva en el Palacio de las Academias. La Gaceta Médica de Caracas fue la tribuna para que Hernández expusiera sus investigaciones. “Esa fue la primera revista científica de Latinoamérica. En la biblioteca de la academia se conservan los números originales donde él publicó”, dijo Huniades Urbina, miembro correspondiente 39.

La casa de La Pastora donde vivía José Gregorio al momento de su muerte ya no existe, pero los habitantes de la parroquia conocen el punto en la que se ubicaba. Es en la esquina de Desbarrancados –justo en frente de una cauchera–.

Debajo de uno de los avisos que identifica la calle Norte 8 y la esquina hay un grafiti con la imagen del venerable. “Por el amor de los pobres, el pueblo de Venezuela ya le ha dado su lugar”, reza la inscripción junto a la figura.

De esa casa habría salido el médico el 29 de junio de 1919, alrededor de las 2:00 pm, para ir a atender a una de sus pacientes, pero fue atropellado.

En tres de los cuatro puntos cardinales de la esquina de Amadores le rinden homenaje. En el muro de la Farmacia de Amadores hay dos placas. Una que alude a que la vida del médico se extinguió en ese sitio y otra del Concejo Municipal de Libertador que refiere que desde el 28 de octubre de 2009 se designa con el nombre del Dr. José Gregorio Hernández la avenida Oeste 9. Aunque ninguna placa a lo largo de la vía lo indica.

El cartel que identifica la Farmacia de Amadores se cayó. Douglas Piña, administrador del negocio, explicó que la farmacia ha pasado por muchas manos desde la muerte de Hernández por lo que no conservan ningún recuerdo del médico en las instalaciones. Ni siquiera una de las más de 7.000 recetas escritas por el venerable, que los farmaceutas de la época ya valoraban y solían guardar. Pese a que su beatificación continúa pendiente, en los lugares que pisó ya se le considera santo.

Mervin Mármol es historiador y pintor. El artista fue el responsable de pintar el mural y además estuvo en las mesas de trabajo que se organizaron durante el mandato de Freddy Bernal para renombrar la avenida, donde participaron representantes del Museo Arturo Michelena, de la Casa de la Cultura de La Pastora y de la Fundación José Gregorio Hernández. “José Gregorio era alguien muy noble y humilde. El mural busca rendirle tributo al hombre, al médico, el investigador y humanista”.

Aunque sus restos fueron trasladados en 1975 a la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, en el Cementerio General del Sur todavía se le recuerda. Allí fue enterrado el 30 de junio de 1919. Todos los cuidadores de tumbas saben donde se ubicaba la suya. Sin embargo, el mausoleo no tiene ninguna identificación y es ahora hogar de un indigente. A una fosa de por medio están los restos de José Benigno Hernández, quien se presume fue su hermano. Ahí hay otra imagen de yeso de José Gregorio y una placa que dice: “Gracias, Doctor José Gregorio Hernández, por el favor concedido”.