google.com, pub-9382610653656221, DIRECT, f08c47fec0942fa0 google.com, pub-9382610653656221, DIRECT, f08c47fec0942fa0

domingo, 26 de octubre de 2014

El santo no oficial de Venezuela

150 años del natalicio de José Gregorio Hernández

El santo no oficial de Venezuela

José Gregorio Hernández (venezuelaaldia.com/)
El santo no oficial de Venezuela (2267307)
Isnotú, un pueblito del municipio Betijoque del estado Trujillo, espera este fin de semana más de cien mil visitantes. No en vano este escondido rincón andino es el sitio natal del Dr. José Gregorio Hernández, quien vino al mundo el 26 de octubre de 1864 en la que entonces se llamaba Estados Unidos de Venezuela.

El sesquicentenario (150 años) del natalicio del Dr. Hernández es además el año en que la Iglesia Católica venezolana y todos los ciudadanos de este país, se han declarado en una verdadera campaña para lograr demostrar un milagro que declare santo a quien ya lo es en el corazón de todos los venezolanos.

El 26 de octubre es Día de Júbilo Nacional desde el año 2008 y día No Laborable en el estado Trujillo. Si bien José Gregorio Hernández se encuentra sepultado en la Iglesia La Candelaria en Caracas (en honor a sus ancestros canarios), en Isnotú está el monumento conmemorativo que recuerda su lugar natal. El gobierno anunció que invertiría 48 millones de bolívares en mejorar el sitio y además ofreció una estatua de 80 metros de altura, con una vista panorámica de 360º grados, que si logran culminar sería la estructura más grande del mundo en honor a un santo.



Humildad y sabiduría

Su papá Benigno María Hernández Manzaneda era dueño del comercio del pueblo, lo cual hacía que los seis niños tuviesen un mejor nivel educacional y económico que la mayoría. José Gregorio, el mayor, era el favorito de su madre, doña Josefa Antonia Cisneros Mansilla, descendiente de españoles. Su inteligencia lo hizo destacar desde pequeño y a los 13 años lo enviaron a Caracas a terminar bachillerato en el Colegio Villegas, dirigido por Guillermo Tell Villegas, cuya esposa actuó como una segunda madre con el jovencito trujillano.

Aunque le gustaba derecho, estudió medicina por complacer a su padre. Al graduarse de médico en 1888 en la Universidad Central de Venezuela recibe una beca de honor del gobierno venezolano para especializarse en áreas no conocidas aún en el país, como microbiología, histología, patología, bacteriología y fisiología experimental. Concluidos sus estudios en la Ciudad Luz, viaja a Berlín, donde continúa su especialización.

En 1891 regresa de Europa y comienza como docente en la Escuela de Medicina de la UCV. Durante sus estudios en el Viejo Continente, el gobierno venezolano le encomendó la adquisición de equipos y bibliografía. Así es como José Gregorio Hernández introduce el microscopio en los laboratorios venezolanos. Fundó la cátedra de bacteriología, la primera en América y es la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina (Elementos de Bacteriología, 1906).

Considerado pionero de la docencia científica en Venezuela, el Dr. Hernández es autor de trece ensayos reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina, de la cual fue fundador. Formó una escuela de importantes investigadores: discípulos suyos fueron entre otros, el doctor Jesús Rafael Rízquez y Rafael Rangel (llamado El Sabio ).

José Gregorio Hernández era un hombre culto, hablaba español, francés, alemán, inglés, italiano, portugués y dominaba el latín. Tocaba el armonio y el piano con notable maestría. Dicen que tocaba a cuatro manos con el eminente músico Juan Vicente Lecuna. Publicó cuentos en el prestigioso semanario El Cojo Ilustrado. Era un obseso de la puntualidad y la responsabilidad.

Así que nuestro santo también fue un ilustre médico, un científico, músico, literato, políglota y como eso no bastaba a su genio, era un notable teólogo cuyo sueño era la vida de santidad, ¡como monje de clausura!



El hermano Marcelo

En 1908, el Dr. Hernández decide interrumpir su actividad científica y médica para ingresar en La Cartuja de Farneta en Italia, en la Orden de clausura de San Bruno. Toma el nombre de hermano Marcelo pero nueve meses después enferma por el intenso frío y las duras condiciones del monasterio y el superior lo manda de regreso a Caracas. Al llegar ingresa en el seminario de Santa Rosa, pero siempre obsesionado por la vida monacal se va a Roma con su hermana Isolina para estudiar en el Pontificio Colegio Pio Latino Americano, con miras a reingresar en el monasterio, pero nuevamente una afección pulmonar lo devuelve al templado clima de Venezuela.

Siempre orientado a la vida religiosa, ingresa a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela (OFS), la más afín a su sensibilidad y amor por los más necesitados, inspirado en la humildad y pobreza de San Francisco de Asís. Así el Dr. Hernández se convirtió en el médico de los pobres, ése que no importaba la hora ni el sitio, estaba junto a los pacientes llevándoles no solo el remedio, sino el consuelo y la misericordia de Dios.

El 29 de junio de 1919, caminaba el Dr. Hernández por una calle de La Pastora. Llevaba una medicina a un paciente, cuando de pronto se asomó un vehículo que lo atropelló. Aunque no iba a alta velocidad, el brusco empellón hizo que el médico cayera y golpeara su cabeza contra la alta acera, lo cual provocó su muerte casi instantánea. Ante tal tragedia, los caraqueños exclamaron: ¡Ha muerto un santo!



El Santo de Venezuela

Desde el mismo momento de su muerte, la tumba del Dr. Hernández, (primero en el Cementerio General del Sur y luego en la iglesia de La Candelaria) era visitada por cientos de devotos creyentes en las curaciones milagrosas del médico. Ante el fervor popular y las evidentes virtudes extraordinarias, se inició en 1949 gracias al Arzobispo de Caracas Lucas Guillermo Castillo, el proceso de santidad, que consiste en cuatro pasos:

1. Siervo de Dios. El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa presentan un informe sobre la vida y las virtudes de la persona. La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y si lo acepta, dicta el Decreto Nihil Obstat , que da luz verde a la introducción de la causa del ahora Siervo de Dios. Este paso lo aprobó José Gregorio Hernández.

2. Venerable. Esta parte del camino comprende cinco etapas: examen de la vida y virtudes, análisis de la ortodoxia de los escritos del Siervo de Dios, relación de los testimonios y de los argumentos presentados en un documento llamado Positio , discusión de este documento por un grupo de teólogos y luego de Cardenales. Por último, si la Congregación para las Causas de los Santos aprueba el Positio , el Papa dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes y el Siervo de Dios pasa a ser Venerable.

José Gregorio Hernández ha superado todas estas etapas y fue nombrado Venerable por S.S. Juan Pablo II en 1986.

3. Beato. En esta etapa el Postulador de la Causa (que está en Roma) debe probar: 1) la fama de santidad del Venerable. Para ello elabora una lista con las gracias y favores pedidos a Dios por los fieles por intermedio del Venerable. 2) La realización de un milagro atribuido a su intercesión. El proceso de examinar este presunto milagro se lleva a cabo en la Diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos.

El Vice postulador de la Causa está en Venezuela, es Monseñor Fernando Castro Aguayo, Obispo Auxiliar de Caracas y quien declara que ha recibido unos 500 casos de presuntos favores o milagros realizados por José Gregorio Hernández, que deben cumplir con dos condiciones para tener la posibilidad de ser aceptados por el Vaticano: a) la presencia de una sanación que los médicos consideren inexplicable para la ciencia y b) la invocación o intercesión exclusiva del Venerable en la realización de ese hecho.

Si la Congregación para las Causas de los Santos acepta el milagro presentado, entonces José Gregorio Hernández será beatificado.

4. Santo. Ya el último paso sería la canonización, que requiere de un segundo milagro comprobado.

Dos milagros atribuidos al Dr. José Gregorio Hernández han sido rechazados por el Vaticano: uno en 1987 y otro en 2009. El Cardenal Jorge Urosa Savino y el Vice postulador Monseñor Castro han pedido públicamente que al Venerable no se le rinda culto público, no se le hagan estampitas, oraciones, capillas, oratorios ni altares, ya que eso frena su camino a la beatificación.

No basta con la fe colectiva, ni con atribuirle hechos milagrosos: hay que demostrarlos indubitablemente con testigos, pruebas y rigor médico. El Vice postulador de la Causa, Monseñor Rincón está lleno de esperanzas por la gran cantidad de correspondencia recibida tanto en la Arquidiócesis de Caracas como en el correo causajosegregorio@gmail.com.

Ojalá que en este año Sesquicentenario del natalicio del Dr. José Gregorio Hernández, Venezuela obtenga la gracia de oficializar a su santo más querido.



Charitorojas2010@hotmail.com

Twitter:@charitorojas

No hay comentarios:

Publicar un comentario